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ERNEST DESCALS
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ERNEST DESCALS-
Aquellos viajes y excursiones que tengo que hacer para llevar una pintura a un concurso como el de EL VENDRELL, en Tarragona, litoral de Catalunya, me permiten disfrutar de un merecido descanso en el Pintar, pequeños lapsus temporales en los que mezclar las cuestiones artísticas con el placer, después de entregar el cuadro en el Ajuntament de El Vendrell, obra que participará en el Concurs de Pintura, me acerco a mis queridas playas de COMARRUGA, Coma-ruga en su nombre catalán, observo las banderas rojas en la playa, días peligrosos por la fuerza de las olas y los remolinos que ocasionan, el socorrista de la Cruz Roja me comenta que siendo yo, puedo bañarme con cuidado y atención a las peligrosas corrientes que te desplazan cientos de metros, como verdadero Kamizake que soy, que le vamos a hacer, me adentro con decisión en el removido mar, hoy los colores del agua y del cielo adquieren unos colores azules de gran belleza, el resultado es que como nadador solitario, por la total ausencia de otras prudentes personas, permanezco casi cuatro horas participando de la mística marina, nunca tomo el sol sobre una toalla, lo mío es jugar con Poseidón, en algunos momentos el oleaje me puede, y me hace dar dos vueltas bajo el agua, estoy gozando como pocas veces, mi comunicación con los pocos peces es fluida, medusas ninguna, quizá han tenido respeto por las circunstancias del agresivo clima, mucho ejercicio realizado y la satisfacción de bañarme en un Paraíso de soledad, la natación ha sido la única actividad, ahí perdido entre una ola y la siguiente puedo sentir el contacto con las fuerzas que mueven el Cosmos, sólo me sucede a mí el sentir tan profundamente esta clase de misticismo marinero?, no lo sé, pero siempre ha sido así.
