VILAFRANCA DEL PENEDES-PINTURA-CONCURS-SANT JORDI-ART-RAMBLA-PARADES-ROSES-LLIBRES-FOTOS-PINTORS-JAN DESCALS-ERNEST DESCALS
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En el desquicio actual en el que los pintores tenemos muchas dificultades de movimiento, por lo que me dicen esta situación se ve muy agravada en Catalunya por los continuados confinamientos en los que ya nadie sabe donde y cuando puede ir a algún lugar, me animo a viajar a VILAFRANCA DEL PENEDÈS para participar en el Concurs de Pintura Vilafranca Cultura sobre la festividad de Sant Jordi, siempre con la amenaza encima de que te quieran multar, que eso forma parte de nuestro aciago tiempo de esclavos sumisos, por cierto que al volver me he encontrado con un super control policial con varias furgonetas blindadas y otros coches atravesados en la carretera para detener a todos los automóviles, por suerte ha sido en el carril contrario al mío, cuanto me recuerda todo junto a las historias del Gueto de Varsovia,,,, ya era el momento de trabajar que para eso pagamos la ruina de los impuestos de los autónomos, a fín de cuentas somos trabajadores a cuenta propia y estamos muy mal tratados como todos sabemos. He querido pintar las paradas de rosas y libros en la RAMBLA DE SANT FRANCESC en una tarde muy soleada pero con un poco de fresco en la sombra, en un lienzo de 73 x 92 centímetros he podido introducir todos los elementos necesarios, los árboles del paseo, los tres campanarios de las iglesias,y las personas en su movimiento que acuden a comprar su rosa y su libro,la composición gira en torno a la parada central y que muestra una bandera catalana, habitualmente no pinto este tipo de cosas pero aquí era obligatorio por su fuerza plástica, me ha acompañado mi hijo Jan que también ha estado pintando muy cerca de mí caballete, los organizadores del concurso han dispuesto como una suerte de jaula en el suelo con cintas para lo que ellos llaman preservar los contagios o algo parecido, mientras estaba fumando llega un segurata del recinto para pedirme que me ponga mejor la mascarilla, que aún si podemos fumar dentro de nuestros espacio perimetrado, no se que sucede con la cinta, todo paranoico, sin razón y surrealista, el compañero cercano ha recibido la misma visita y el mismo mensaje, luego nos hemos reído del tema, más tarde un espectador rompe la jaula del zoo en que pinto y me propone que le haga un retrato de Franco o de José Antonio, le contesto que ahora estoy trabajando en el tema Durruti y me dice que no le interesa, me da la mano y le doy mi email por si me quiere escribir, todo anécdotas de una jornada de pintar al aire libre. En resumen, que los pintores nos morimos de hambre, no se vende, no se puede asistir a concursos, una situación verdaderamente propia del Paraíso, y a nadie le preocupa, fantástico.
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